Sistema de Indicadores ASEP
Todos los indicadores más significativos (excepto el de la Satisfacción con el Funcionamiento de la Democracia) han empeorado en mayor o menor medida, reflejando la opinión de los españoles una vez conocidos los resultados de las elecciones del 27-M. El Sentimiento del Consumidor disminuye un punto, mientras que la Evaluación de la Situación Económica Nacional disminuye tres puntos, de manera que ambos indicadores continúan todavía entre 7 y 14 puntos respectivamente por debajo del nivel de equilibrio. Los dos indicadores sobre ahorro disminuyen otra vez levemente, entre uno y dos puntos cada uno respecto al mes pasado. El Optimismo Personal se mantiene en el mismo nivel que en abril y mayo, y continúa un punto por debajo del nivel de equilibrio. Así pues, los tres indicadores derivados del Sentimiento del Consumidor continúan por debajo del nivel de equilibrio. La Satisfacción con la Calidad de Vida continúa en niveles muy altos, y los demás indicadores sociales permanecen en sus valores habituales, con fluctuaciones inferiores a dos puntos, excepto el post-materialismo, que aumenta seis puntos en solo un mes, situándose otra vez por encima del 40%. En cuanto a los indicadores políticos, aumenta nueve puntos la Satisfacción con el funcionamiento de la Democracia, logrando el tercer valor más alto de los últimos doce meses. Por el contrario, la Satisfacción con el Gobierno de la Nación pierde cuatro puntos, situándose en el tercer valor peor de los últimos doce meses, solo diez puntos por encima del nivel de equilibrio. Los demás indicadores varían muy poco este mes, y se mantienen en sus niveles habituales. En lo que respecta a la imagen de instituciones, el ranking de este mes es el siguiente: La Corona (6,1 puntos en una escala de 0 a 10 puntos), las Fuerzas Armadas, el Tribunal Constitucional y el Defensor del Pueblo (5,5 puntos cada uno), el Ayuntamiento en que se vive (5,4), el Senado y el Congreso de los Diputados (5,2 puntos cada uno), las Organizaciones Empresariales (5,0), el Gobierno de la Nación (4,9), los Sindicatos (4,7), los Bancos (4,6), la Iglesia Católica (4,4) y los Partidos Políticos (4,3 puntos en la escala de 0 a 10 puntos). Como todos los años en el sondeo de junio, las valoraciones obtenidas por estas instituciones se pueden comparar con las obtenidas en el mismo mes del año pasado, pero también con las obtenidas el mes pasado. Al comparar los datos de este año 2007 con los del año pasado, se observa que la mayoría de las instituciones han visto reducida su valoración, especialmente la Iglesia, que ha perdido cuatro décimas, y el Gobierno de la Nación y las Fuerzas Armadas, que han perdido tres décimas. Por comparación con las valoraciones obtenidas el mes pasado o el último mes en que se preguntó por ellas, se observa que el Tribunal Constitucional y La Corona son las instituciones que más han mejorado (cuatro y tres décimas respectivamente), mientras que el Congreso de los Diputados aumenta un punto. La Iglesia Católica es la institución que más pierde, cuatro décimas, junto al Gobierno de la Nación, los Partidos Políticos y los Sindicatos, que pierden una décima cada uno. Todas las demás instituciones obtienen la misma valoración que el mes pasado o la última vez que se preguntó por ellas. Debe subrayarse que las tres instituciones mas valoradas este mes son La Corona, las Fuerzas Armadas y el Tribunal Constitucional, mientras que las tres menos valoradas son los Sindicatos, la Iglesia y los Partidos Políticos. El Gobierno de la Nación ocupa este mes el noveno lugar en el ranking, de un total de 13 instituciones. En el ranking de personajes públicos el Príncipe Felipe recibe la mejor evaluación (6,3 puntos en una escala de 0 a 10 puntos) y Felipe González (5,2) es el único líder político que superan la barrera de los 5 puntos. Por debajo de los 5 puntos se sitúan por tanto José Bono (4,9 puntos), José Luis Rodríguez Zapatero (4,7), Alberto Ruiz Gallardón (4,4), Joaquín Leguina (4,3), Rosa Díez (4,2), Nicolás Redondo Terreros (4,1), Fernando Savater (4,0), Gaspar Llamazares (3,7), Mariano Rajoy (3,5), y José Mª Aznar (3,1 puntos en una escala de 0 a 10 puntos). La mayoría de los líderes reciben puntuaciones iguales o más bajas que la última vez que se preguntó por ellos, excepto Alberto Ruiz Gallardón, que mejora su puntuación nada menos que en tres décimas. La estimación de voto para unas futuras (y no convocadas) elecciones generales muestra 1,5 puntos porcentuales de diferencia entre el PSOE y el PP, lo que más que nunca sugiere la existencia de un empate entre los dos grandes partidos. Pero hay que repetir una vez más que desde mayo de 2004 lo que se ha observado en las estimaciones de voto ha sido en realidad una situación de empate entre los dos grandes partidos, con una variación en las estimaciones que va desde dos puntos a favor del PP hasta cuatro puntos a favor del PSOE, según cual sea la estimación de la participación abstención. Debe tenerse en cuenta que la estimación de la abstención, 25,8% este mes, es tres puntos porcentuales superior a la realmente observada en las elecciones de marzo de 2004, lo que constituye una alta abstención, que explica la casi nula diferencia entre PSOE y PP, aunque todavía favorable hacia el PSOE.
Las Elecciones Municipales y Autonómicas
El sondeo de junio es el primero celebrado después de las elecciones autonómicas y locales del 27-V, por lo que incluyó preguntas relativas a la campaña así como a la participación, al voto, a las consecuencias de sus resultados, etc. Así, se preguntó primero por la campaña que había parecido “más convincente hasta el punto de votar por ese partido”, observándose que una proporción algo mayor (27%) cita al PSOE, frente a un 20% que cita al PP. La diferencia es incluso mayor cuando se pregunta por el líder político que pareció más convincente, de manera que un 38% cita a Rodríguez Zapatero frente a un 22% que cita a Rajoy. Como es ya habitual, un 75% de los entrevistados afirman haber votado en las elecciones, tanto en las municipales como en las autonómicas, cuando los resultados oficiales indican que la participación fue del 64%. De los que afirman no haber votado en las elecciones municipales un 40% dicen que no pudieron por estar enfermos o de viaje (la excusa más socorrida), y proporciones inferiores al 20% en cada caso afirman que no les satisfacía la posición de los diferentes partidos respecto a los problemas de la ciudad o pueblo en que viven, o de los de España. Y estas fueron también las respuestas más frecuentes en relación con los que no votaron en las autonómicas (considerando solo a los que residen en CCAA que tenían elecciones autonómicas). En cualquier caso, un 42% de los entrevistados votaron en las dos elecciones y al mismo partido en las dos, un 26% votó en las municipales pero no en las autonómicas (mayoritariamente porque no había elecciones en su Comunidad), y un 23% no votó en ninguna de las dos elecciones. Solo un 5% de los entrevistados afirma haber votado en las dos elecciones pero a diferentes partidos en cada una de ellas. La estabilidad del voto suele manifestarse por tanto en el tiempo y al comparar el voto en elecciones municipales, autonómicas y nacionales. Aunque ya se ha preguntado en otras ocasiones, se ha vuelto a preguntar por las condiciones en que ha votado la gente. Así, un 75% de los entrevistados afirma que en el lugar en que votó había cabinas para votar con total aislamiento, pero un 13% afirma que donde votaron no había cabinas, si bien las papeletas estaban lejos de la mesa donde estaba la urna, y lo que es peor, un 5% dicen que en donde votaron no solo no había cabinas, sino que las papeletas estaban al lado de la urna de votación. De manera similar, utilizando una escala de 1 a 5 en la que el 1 significa que “Votó con el convencimiento de que otras personas sabían lo que había votado” y el 5 significa que “Votó sin miedo alguno a que otras personas supieran lo que había votado”, un 75% de los entrevistados contestó que votó sin miedo alguno. En cuanto a las cuestiones que pueden haber influido en los votantes para votar o no votar a un partido determinado, los entrevistados indican que los asuntos más importantes con los que se ha enfrentado España entre las elecciones de 2003 y las de 2007 han sido el terrorismo (27%), y en alguna menor medida las negociaciones con ETA y Batasuna y la inmigración (menos del 20% en ambos casos). Utilizando una escala de 5 puntos se ha puesto de relieve que la mayoría de los españoles creen en la representatividad del sistema democrático, puesto que un 75% creen que “Tiene mucha importancia quién esté en el poder en los ayuntamientos” frente a un 7% que opina que “No tiene ninguna importancia quién esté en el poder en los ayuntamientos”, y mientras un 66% opina que “Lo que se vota tiene mucha influencia sobre los acontecimientos”, solo un 11% opina que “Lo que se vota no tiene ninguna influencia sobre los acontecimientos”. Por otra parte, un 76% de los entrevistados creen que aunque “la democracia tenga problemas, es mejor que cualquier otra forma de gobierno”. Volviendo al tema electoral, pero remontándose esta vez a las elecciones municipales y autonómicas de 2003, un 76% de los entrevistados afirma haber votado en aquellas elecciones (un recuerdo nuevamente sobre-estimado, pues solo votó el 68% del electorado). Y la sobre-estimación de voto hacia el PSOE según el voto recordado en aquellas elecciones es muy similar a la sobre-estimación de voto en las elecciones generales de 2004. Pero es muy significativo que un 78% de los que afirman haber votado en las elecciones municipales y autonómicas de 2003 evalúe negativamente la actuación del partido que votaron entonces en el periodo 2003-2007. Utilizando la media aritmética en esta escala de evaluación, que fluctúa de 1 (actuación muy negativa) a 4 (evaluación muy positiva), se observa que los que mejor valoran la actuación a lo largo de estos cuatro últimos años del partido que dicen haber votado en 2003 son los que votaron a IU (3,06) y los que votaron al PP (3,03), seguidos de los que votaron a CiU, y de los que votaron al PSOE o al PNV (ambos con 2,95). En cuanto a la normativa electoral y sus consecuencias, un 47% de entrevistados opina que el partido ANV debería haber sido ilegalizado por completo, mientras que un 9% creen que deberían haberse legalizado todas sus listas y un 15% están de acuerdo con lo que se ha hecho, ilegalizar unas listas de ANV y otras no. Más controversia se observa en relación con la normativa deseable para regular las elecciones municipales. En efecto, aunque una mayoría relativa (37%) opina que “el alcalde sea siempre el candidato de la lista electoral que tenga más votos, aunque no tenga la mayoría absoluta”, una proporción inferior (27%) es partidaria de mantener el sistema actual, es decir, “permitir pactos después de las elecciones entre diferentes partidos para formar mayorías y nombrar el alcalde”, pero un 22% va más allá y sería partidario de “que cuando ningún partido obtenga la mayoría absoluta se haga una segunda vuelta de elecciones en las que participen solo las dos listas que hayan tenido más votos en la primera vuelta”. En cualquier caso, los datos anteriores sugieren que solo una cuarta parte del electorado está de acuerdo con la normativa electoral vigente para las elecciones municipales. Las opiniones son muy similares cuando se pregunta por las elecciones autonómicas o nacionales, de tal suerte que una mayoría relativa (35%) opina “que el gobierno lo forme siempre el partido de la lista electoral que tenga más votos, aunque no tenga la mayoría absoluta”, un 28% opina que se deben “permitir pactos después de las elecciones entre diferentes partidos para formar mayorías y formar gobierno mayoritario”, pero uno de cada cinco españoles opina que “que cuando ningún partido obtenga la mayoría absoluta se haga una segunda vuelta de elecciones en las que participen solo las dos listas que hayan tenido más votos en la primera vuelta”. Así pues, también en este caso solo una minoría del 20% respalda la normativa vigente para las elecciones autonómicas y las nacionales
Las Negociaciones con Batasuna y la ETA
Un 87% de los entrevistados conoce la decisión gubernamental de enviar nuevamente a la cárcel a De Juana Chaos, una vez que ha sido dado de alta en el hospital en que estaba ingresado. Además, una proporción similar afirma que eso es precisamente lo que deseaban que hiciese el Gobierno. En cuanto al anuncio de la ETA suspendiendo el cese de la tregua, casi la mitad de los entrevistados (46%) afirma que “lo esperaba con toda seguridad”, un 36% “tenía dudas de que pudiera suceder”, y solo un 11% no lo esperaba en absoluto. Un 41% de los entrevistados afirma estar de acuerdo con la política que ha seguido el Gobierno “para lograr el cese de la violencia de la banda terrorista ETA”, pero un 36% muestra su desacuerdo con esa política. Finalmente, y por lo que respecta a la opinión sobre la política que debería ahora seguir el Gobierno, un 40% de los entrevistados afirma que debería “luchar contra la ETA a través de la investigación policial y de los tribunales de justicia” y un 31% afirma que el Gobierno debería “llegar a un acuerdo con el PP sobre la política de lucha contra el terrorismo de la ETA”. Estas dos propuestas no se contradicen, sino que por el contrario estuvieron vigentes mientras duró el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo. Por el contrario, solo un 14% opinan que el Gobierno debería “seguir con su política de negociación con la banda terrorista ETA hasta que deje la violencia”.