Sistema de Indicadores ASEP
La mayoría de los indicadores vuelven a mejorar levemente este mes, y aunque la mejora es pequeña sigue la tendencia iniciada el pasado mes de febrero. El Sentimiento del Consumidor aumenta dos puntos, y la Evaluación de la Situación Económica Nacional aumenta tres puntos, aunque ambos indicadores continúan todavía entre 6 y 11 puntos por debajo del nivel de equilibrio. Los dos indicadores sobre ahorro disminuyen este mes levemente, entre dos y tres puntos cada uno respecto al mes pasado. El Optimismo Personal se mantiene en el mismo nivel que en abril, y continúa un punto por debajo del nivel de equilibrio. La Satisfacción con la Calidad de Vida continúa en niveles muy altos, y los demás indicadores sociales permanecen en sus valores habituales, con fluctuaciones inferiores a dos puntos. En cuanto a los indicadores políticos, disminuye seis puntos la Satisfacción con el funcionamiento de la Democracia, una caída significativa que lleva este indicador a su nivel más bajo de los últimos doce meses (aunque sigue en un nivel bastante alto), como en diciembre de 2006 y enero de este año. La Satisfacción con el Gobierno de la Nación también pierde dos puntos, rompiendo la leve tendencia de recuperación observada entre enero y abril de este año. Los demás indicadores varían muy poco este mes, y se mantienen en sus niveles habituales. En lo que respecta a la imagen de instituciones, el ranking de este mes es el siguiente: la Unión Europea (6,0 puntos en una escala de 0 a 10 puntos), La Corona (5,8 puntos), las Fuerzas Armadas, la ONU y el Juez del Tribunal del 11-M (5,5 puntos cada uno), el Tribunal Constitucional y la OTAN (5,1 puntos cada uno), el Gobierno de la Nación (5,0), el Fiscal del Estado (4,8), y los Bancos (4,5 puntos en una escala de 0 a 10 puntos). El Tribunal Constitucional pierde cuatro décimas, y todas las demás instituciones pierden entre 1 y 2 décimas respecto a su última valoración (lo que sugiere un cierto descontento generalizado de la población), excepto los Bancos, que mantienen su valoración de abril, y el Fiscal del Estado y el Juez de Juicio del 11-M, por los que se ha preguntado este mes por vez primera. En el ranking de personajes públicos José Bono (5,1 puntos en una escala de 0 a 10 puntos) y Felipe González (5,0) son los únicos líderes que superan la barrera de los 5 puntos. Por debajo de los 5 puntos se sitúan por tanto José Luis Rodríguez Zapatero (4,8), Mª Teresa Fernández de la Vega (4,6), Pedro Solbes, Rosa Díez y Ségòlene Royal (4,3 puntos cada uno), José Antonio Alonso y Alfredo Pérez Rubalcaba (4,2 puntos cada uno), Gaspar Llamazares y Miguel Angel Moratinos (3,8 puntos cada uno), Nicolás Sarkozy (3,6), Mariano Rajoy (3,5), y José Mª Aznar (3,1 puntos en una escala de 0 a 10 puntos). La estimación de voto para unas futuras (y no convocadas) elecciones generales muestra 3,8 puntos porcentuales de diferencia entre el PSOE y el PP, exactamente la misma diferencia que en las últimas elecciones de 2004. Pero hay que repetir una vez más que desde mayo de 2004 lo que se ha observado en las estimaciones de voto ha sido en realidad una situación de empate entre los dos grandes partidos, con una variación en las estimaciones que va desde dos puntos a favor del PP hasta cuatro puntos a favor del PSOE, según cual sea la estimación de la participación abstención. Debe tenerse en cuenta que la estimación de la abstención, 20,4% este mes, es casi dos puntos porcentuales inferior a la realmente observada en las elecciones de marzo de 2004, lo que constituye una alta participación, que explica la diferencia entre PSOE y PP, favorable al PSOE.
Las Elecciones Municipales y Autonómicas
Los datos relativos a las elecciones municipales y autonómicas fueron recogidos antes del día de las elecciones, pero su análisis terminó prácticamente el día de las elecciones, por lo que no parece razonable hacer pronósticos “a posteriori”. Algo más de una cuarta parte de los entrevistados afirmaba que a la hora de votar en las elecciones municipales lo haría teniendo en cuenta la posición de los diferentes partidos ante los problemas del pueblo o ciudad en que vive, alrededor un 15% afirman respectivamente que tendrían en cuenta a las personas que van en la lista electoral para las municipales y a la posición de los diferentes partidos ante los problemas principales de España, y proporciones del 10% o inferiores dicen que tendrán en cuenta la posición de los partidos ante los principales problemas de su Comunidad Autónoma u otras cuestiones, pero debe subrayarse que un 12% afirman que tendrán en cuenta su lealtad al partido que han votado siempre o casi siempre. Un 6% de los entrevistados afirma que hubo algún suceso que le había hecho cambiar de idea respecto a su voto en las elecciones municipales y autonómicas, frente a un 88% que afirman no haber modificado sus intenciones. Cabe señalar que de las 76 personas que afirman haber cambiado su comportamiento electoral, 12 votarían al PSOE, 18 votarían al PP, ninguno a IU, 15 a “otro” partido, y 13 a ninguno, pero 12 personas no indican cual sería su cambio de voto. Un 59% de los entrevistados afirmaban en este sondeo de mayo que votarían con toda seguridad, y un 22% adicional dicen que probablemente votarían. Aplicando el criterio utilizado en elecciones precedentes habría que estimar en un 70% la proporción de entrevistados que votarían en las elecciones municipales según los datos de mayo, si bien la participación real fue de solo un 64%, cuatro puntos por debajo de la de las elecciones de 2003. La estimación de voto para las elecciones autonómicas, aunque el número de entrevistados que podían votar en ellas (661) era lógicamente inferior al de los que podían votar en las municipales (1.213), es sin embargo muy similar a la estimación para las municipales, de manera que un 63% dijo que votaría con toda seguridad, y un 13% adicional afirmó que probablemente votaría. Parece por tanto que, dos semanas antes de las elecciones, el electorado estaba bastante movilizado para votar. La intención de voto manifestada (no la estimada) por los entrevistados sobre-estimaba el voto para el PSOE en las municipales (36%) y en las autonómicas (34%), y sub-estimaba el voto para el PP (20% y 26% respectivamente). La estimación, como es habitual, reducía esa diferencia drásticamente, al igual que en las estimaciones sobre voto en unas hipotéticas elecciones generales. Los datos de mayo, comparados con los de abril, sugerían que el electorado había reducido sus expectativas respecto al PSOE. La ventaja parecía muy superior para los populares en las elecciones autonómicas, ya que un 44% de los entrevistados en Comunidades con elecciones autonómicas (excluidas por tanto Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía) afirmaban que en su comunidad ganaría el PP, mientras que solo un 22% opinaba que ganaría el PSOE. Pero hay que tener en cuenta que la proporción de entrevistados residente en Comunidades gobernadas por el PP y en las que se celebraban elecciones era casi tres veces superior a la de quienes viven en Comunidades gobernadas por el PSOE.
Actuaciones recientes del Gobierno de la Nación
Se preguntó en este sondeo de mayo por la opinión de los españoles respecto a un conjunto de medidas y actuaciones recientes del Gobierno de la Nación que, supuestamente, podrían tener alguna influencia sobre el voto. Mediante una escala de acuerdo-desacuerdo de cinco categorías se pudo comprobar la existencia de un amplio desacuerdo (64% se mostraron totalmente en desacuerdo o más bien en desacuerdo) con “el trato que se ha dado al terrorista de la ETA de Juana Chaos”, un desacuerdo solo algo menor (56%) respecto a “retirar los cargos contra Otegui de manera que los jueces no pudieron condenarle a penas de cárcel”. Y, entre el 43% y el 47% de los entrevistados se muestra también en desacuerdo ampliamente mayoritario (pero no absoluto) respecto a “no pedir la ilegalización de todas las listas electorales de ANV…”, “la decisión de mantener las tropas españolas en Afganistán” y “mantener las negociaciones con Batasuna y la ETA”. En realidad, la única actuación con la que los españoles se muestran de acuerdo es respecto a la aprobación de la Ley de Dependencia, con la que están de acuerdo un 49% de los entrevistados. Parece evidente, a partir de estos datos, que la opinión pública española está mayoritariamente en contra de las políticas gubernamentales más importantes, como es la política relativa al denominado “proceso de paz”, es decir, la política de negociación con Batasuna y la ETA.
Políticas públicas para España
Resulta curioso, sin embargo, que cuando se pregunta por el partido más capacitado para desarrollar mejor diferentes políticas, incluida la lucha contra el terrorismo de la ETA, la opinión pública señala generalmente al PSOE más que al PP. Concretamente, la mayoría de los entrevistados opina que el PSOE está más capacitado que el PP para desarrollar la lucha contra el terrorismo de la ETA, la creación de empleo, la lucha contra la subida de precios, el acceso a una vivienda, la política de seguridad y defensa, la lucha contra la delincuencia y el crimen organizado, la mejora de la educación obligatoria, las enseñanzas universitarias, la garantía de que los jubilados cobrarán sus pensiones, y el control de la inmigración. Solo se reconoce más capacidad al PP que al PSOE en lo que respecta a la defensa de la unidad de España y a la defensa de los símbolos nacionales de España. Como complemento a la pregunta anterior se peguntó también por el grado de importancia de cada una de estas políticas. Tomando en consideración las dos políticas consideradas más importantes por cada entrevistado, se observa que los españoles atribuyen más importancia a la lucha contra el terrorismo de la ETA (42%), seguida de la creación de empleo (40%), y el acceso a una vivienda (34%), la lucha contra la subida de precios (23%), la lucha contra la delincuencia y el crimen organizado (16%), el control de la inmigración (16%), la garantía de que los jubilados cobrarán sus pensiones (10%), y el resto son mencionados por menos del 10% de los entrevistados. Por el contrario, un 40% de los entrevistados afirma que ninguna de estas políticas es poco importante.
Las Elecciones Francesas
Las elecciones francesas parecen haber tenido mucha repercusión en España, pero los datos de esta investigación sugieren que esa importancia no ha llegado ni siquiera a la mitad de la población. En efecto, cuando se pregunta a los españoles por quién habrían votado si hubieran tenido posibilidad de hacerlo, casi 6 de cada 10 españoles no contesta a la preguntas, y de los que sí lo hacen la proporción que habría votado por Ségòlene es doble que la que habría votado por Sarkozy. Sin embargo, y en flagrante contradicción con esas preferencias, la mayoría absoluta de los entrevistados, generalmente más del 75%, se muestran más bien favorables o muy favorables a las cuestiones defendidas por Sarkozy en su campaña, como el orgullo de ser español (francés, naturalmente, en la campaña de Sarkozy), la vuelta a la jornada de 40 horas semanales, la autoridad y el orden, la cultura del esfuerzo, la lucha contra la delincuencia, el mayor control de la inmigración y la construcción de Europa. Por otra parte, una cuarta parte de los españoles opinan que Mariano Rajoy es el líder político español que más se parece a Sarkozy, un 10% creen que es Aznar, y proporciones inferiores mencionan a otros políticos.